Reseña: ‘El Héroe de las Eras’, un desenlace sin rescate



Título: Nacidos de la Bruma. El Héroe de las Eras
Título original: Mistborn. The Hero of Ages
Autor: Brandon Sanderson
Traductor: Rafael Marín Trechera
Editorial: Nova
Páginas: 760
Fecha de publicación: 2016
Sinopsis: Durante mil años nada ha cambiado: han caído las cenizas, los skaa han sido esclavizados y el Lord Legislador ha dominado el mundo. Kelsier, el «superviviente», el único que ha logrado huir de los Pozos de Hathsin, junto a Vin, una pobre chica skaa, se une a la rebelión. Y por fin lo imposible sucede: por fin la revolución ha triunfado. Pero acabar con el Lord Legislador es la parte sencilla. El verdadero desafío consistirá en sobrevivir a las consecuencias de su caída... sin Kelsier.

Vin y el Rey Elend buscan en los últimos escondites de recursos del Lord Legislador y, engañado, el Rey libera del Pozo de la Ascensión algo que debería haber quedado oculto para siempre. Un enorme peligro acecha a la humanidad, y la verdadera pregunta es si conseguirán detenerlo a tiempo. En El héroe de las eras se comprende el porqué de la niebla y las cenizas, las tenebrosas acciones del Lord Legislador y la naturaleza del Pozo de la Ascensión.

Abandonado - 53%. Reconozco que he intentado que me gustara este libro tanto como lo hizo el comienzo de la trilogía, pero ha sido imposible. Pensé que con el transcurso de las páginas me volvería a enganchar, pero cada vez había menos de lo que me enamoró de El Imperio Final y el aburrimiento ha acabado sucumbiendo. Muy a mi pesar he tenido que tirar la toalla. 

Brandon Sanderson es uno de los escritores más activos y reconocidos de la literatura actual, y Nacidos de la Bruma es su saga más famosa hasta la fecha. Cualquiera que leyera mi reseña de El Imperio Final notaría lo emocionado que estaba de sumergirme por fin en su bibliografía. Y, si bien logró estar a la altura con dicha obra, considero que su principal error fue no hacerla autoconclusiva, pues la trama había sido cerrada notablemente y los personajes consiguieron mostrar una evolución realista. La segunda entrega decayó en nivel, y protagonistas como Elend o Vin sufrieron cambios repentinos; no obstante, la novela todavía dejó grandes momentos y nos permitió disfrutar de personajes secundarios. Si algo positivo de todo lo mencionado perduró en El Héroe de las Eras, yo no lo encontré. 

Mientras que el inicio de la saga aporta frescura porque se nos presenta un argumento bastante dinámico y un mundo absolutamente rico en cuanto a construcción, la segunda y tercera entrega se repiten demasiado y hacen demasiado tediosa la historia. Disfruto cuando la trama se vuelve lenta si eso nos hace conocer mejor el universo o los personajes, pero llegó un punto en el que me sentí tan desconectado de los protagonistas que me impidió querer seguirlos a descubrir los misterios mágicos que todavía no habían sido revelados al lector. Sanderson ha demostrado ser un experto en la fantasía por la manera tan brillante en que ha creado las reglas mágicas sobre las que gira los libros, pero es una que dichos factores no hayan ayudado a sacar esto a relucir. 

Pese a que son difíciles de entender algunos comportamientos de Elend durante El Pozo de la Ascensión por la forma en que había actuado ese personaje hasta entonces, sí que sus interesantes conversaciones con Tindwyl servían como justificación. Sin embargo, la transformación de Elend como alomántico le otorga un cambio de personalidad tan drástico a su personaje que no pude volver a empatizar con él. Este problema no habría ido a mayores si no fuera porque termina absorbiendo el foco que antes estaba reservado para Vin, extraordinaria en El Imperio Final pero cada vez menos importante y más lineal en las continuaciones. Siento que el autor puso todo su esfuerzo en mejorar sin éxito la versión de Elend para suplir la esencia de Kelsier y acabó estancando a Vin, quien realmente merecía un desarrollo completo. Afortunadamente, esto al menos hizo destacar a Sazed o TenSoon, de lo mejor que hay en la trilogía. Ambos gozan de sus propias características y habilidades y aprecio cómo, desde un segundo plano, todavía pudieron brillar y tener grandes escenas.

La exploración de la fe y las luchas con la religión han sido lo mejor de una narración que me ha resultado soporífera. Intenté acabar El Héroe de las Eras, pero dejó de interesarme lo más mínimo y decidí que no merecía la pena. Aun así, soy consciente de que mi caso es minoritario debido a que todo lo que he leído o me han contado sobre la novela es positivo. Considerando las reacciones satisfactorias, su enorme legión de seguidores y que disfruté de El Imperio Final, volveré a darle otra oportunidad a Brandon Sanderson en el futuro. La aclamada saga de El Archivo de las Tormentas quizás lo haga redimirse.

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