Reseña: ‘El Imperio Final’, una introducción perfecta al Cosmere



Título: Nacidos de la Bruma. El Imperio Final 
Título original: Mistborn. The Final Empire
Autor: Brandon Sanderson
Editorial: Alianza
Páginas: 672
Fecha de publicación: 2018
Sinopsis: Durante mil años han caído cenizas del cielo. Durante mil años nada ha florecido. Durante mil años los skaa han sido esclavizados y viven en la miseria, sumidos en un miedo inevitable. Durante mil años el Lord Legislador ha reinado con poder absoluto, dominando gracias al terror, a sus poderes y a su inmortalidad, ayudado por «obligadores» e «inquisidores», junto a la poderosa magia de la alomancia.

Pero los nobles a menudo han tenido trato sexual con jóvenes skaa y, aunque la ley lo prohíbe, algunos de sus bastardos han sobrevivido y heredado los poderes alománticos: son los «nacidos de la bruma» (mistborn).

Ahora, Kelsier, el «superviviente», el único que ha logrado huir de los Pozos de Hathsin, ha encontrado a Vin, una pobre chica skaa con mucha suerte... Tal vez los dos, con el mejor equipo criminal jamás reunido, unidos a la rebelión que los skaa intentan desde hace mil años, logren cambiar el mundo y acabar con la atroz mano de hierro del Lord Legislador.

Pero, ¿qué pasa si el héroe de la profecía falla?

Cualquier persona que conozca un poco sobre la literatura fantástica contemporánea sabrá que el nombre de Brandon Sanderson no se debe ignorar. Considerado por los amantes del género como el digno heredero de Tolkien o George RR Martin, sus publicaciones siempre suponen el mayor evento literario del año para quienes adoran esta clase de lecturas. No es de extrañar: en un momento en que las grandes sagas de fantasía épica como ‘Canción de hielo y fuego’ o ‘Crónica del asesino de reyes’ atraviesan su sequía más duradera, Sanderson mantiene una relación directa con sus lectores y los sacia con un calendario de lanzamientos bien cargado.

Por ende, era de esperar que, tarde o temprano, acabara sumergiéndome en la bibliografía del autor. Casi toda su obra se encuentra ambientada en el Cosmere, universo compuesto por diferentes mundos en los que se desarrollan sus historias; sin embargo, suele considerarse el primer libro de ‘Nacidos de la bruma’ como el que mejor puede servir de introducción a este universo. Una vez finalizada la lectura del mismo, corroboro dicha afirmación por un único motivo: necesito seguir leyendo a Sanderson cuanto antes.

El Imperio Final supone el inicio de una trilogía que nos presenta a Vin, una joven ladrona skaa que vive en los callejones de la ciudad de Luthadel huyendo de la nobleza y de todo lo relacionado con el lord Legislador, considerado Dios y gobernante. Los skaa, pese a que son la mayor parte de la población, llevan siendo sometidos por la aristocracia desde tiempos inmemoriales, pues son la clase social más baja y ni siquiera se les considera humanos. Sin embargo, la fuerza de la aristocracia no solo radica en los títulos que poseen, sino que también cuentan con una habilidad reservada únicamente para los nobles: la alomancia. 

La alomancia, una magia construida a través de metales, otorga poderes tan útiles como la alteración de las emociones o el aumento de la resistencia. Los skaa, cuyas rebeliones siempre han quedado en nada porque no tienen forma de combatirla, no pueden hacer otra cosa más que obedecer órdenes. Entre ellas, la de que las mujeres complazcan sexualmente a los nobles para luego ser asesinadas y así evitar que engendren hijos. Pero los errores ocurren. Y hay veces en las que a la mujer se la deja vivir. Si tal es el caso, y da a luz a un hijo, este puede heredar dicha habilidad. Un hecho que igualaría bastante las cosas de cara a una futura rebelión skaa.

Sanderson comentó que su deseo por crear un sistema de magia con reglas a las que adherirse se debe a que en ‘Harry Potter’ no existe un sistema mágico como tal, lo que lo incitó a querer construirlo. Y, si bien una cosa es la propuesta y otra bastante distinta es el resultado, el autor cumple su objetivo con un mundo desarrollado a la perfección y unos patrones fantásticos absolutamente convincentes. Durante la primera parte del libro hay bastante confusión en torno a la alomancia, pero conforme los protagonistas van aprendiendo más sobre ella, el lector también lo hace.

Por otro lado, si no disfrutas de las descripciones densas de paisajes, deberías congeniar con El Imperio Final desde el principio. El autor logra contextualizar el entorno de una manera muy dinámica, sacrificando así una pluma quizás más bella y desmesurada. Esto permite que la historia fluya a una rapidez abismal: las más de seiscientas páginas se me han hecho incluso cortas.

Sanderson tiene todas las papeletas para convertirse en el autor de referencia de la literatura fantástica. Qué difícil es tratar de pasar su nombre por alto con la de copias que vende año tras año, pero qué difícil es siquiera no darle una oportunidad. Con una legión de seguidores que continúa haciendo de sus publicaciones las más leídas del género en la actualidad, es normal sentir interés por alguno de sus títulos. Pero, tras haberlo leído, lo que es normal es sentir la necesidad de seguir leyéndolo.


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