Reseña: ‘Close’, el golpe sobre la mesa de la nueva generación

Título: Close

Dirección: Lukas Dhont

País: Bélgica

Duración: 105 minutos

Fecha de estreno: 2022

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Sinopsis: La película explora la estrecha amistad entre dos niños de trece años, Leo y Remi, en plena transición hacia la adolescencia. Tratando de entender lo que ha ido mal entre ambos, Leo buscará consuelo y comprensión en la madre de Remi, Sophie. Se producirá un viaje de perdón, vulnerabilidad y amor.

Fue hace unos años cuando Lukas Dhont se empezaba a abrir camino en el mundo del cine con Girl (2018), un inteligentísimo y valiente debut que le valió elogios por los críticos y lo alzó como un nombre a tener en cuenta. La cinta tocaba temas complicados pero necesarios: la disforia de género, el autodescubrimiento y la transición de una persona trans. 

Su nueva película, Close, no toca temas mucho menos complicados: la inocencia de la niñez, la inconciencia arraigada de la misma, los estereotipos y el duelo por la pérdida conforman la columna vertebral del segundo trabajo de Dhont. El director belga continúa optando por una temática sensible y delicada que ya ha demostrado que sabe abordar de maravilla. Sin embargo, si bien Girl era una constante contención de la respiración, Close es un severo lacrimógeno desde casi la primera escena. Y, aunque ambas comparten el dramatismo que supone reflejar la fragilidad del ser humano, ahora Dhont sabe a lo que está jugando. 

Bajo una excelentísima interpretación de los jóvenes Gustav De Waele y Eden Dambrine, Rémi y Léo respectivamente son una preciosa y sincera representación de lo que es la infancia. Con roces que significan choques y miradas que se sienten como abrazos, todo es alegría en la relación de dos amigos de 13 años que se consideran hermanos. Rémi y Léo simulan vivir aventuras por la tarde, pasan el tiempo en la casa del otro como si de la suya propia se tratara y viven por la esperanza de todo. Uno adora tocar música, el otro adora escucharlo tocar; uno sueña con triunfar en el futuro, el otro sueña con verlo triunfar.

Pero algo que el director ha demostrado saber con certeza es que las alas de la juventud, tan pronto se vuelven confidentes y te ayudan a volar, se tornan traicioneras y te dejan caer. En cuanto los dos amigos abandonan la burbuja del verano y comienzan las clases, la intensidad de su relación se verá en entredicho por sus compañeros, que, quizás a consecuencia de una idea maliciosa o tal vez pecando de la ingenuidad característica de estas edades, cuestionan si están saliendo. Las burlas y risas posteriores influyen en la forma de actuar de los dos chicos: en tanto que Rémi busca aferrarse a su amigo e ignorar los comentarios, Léo trata de encajar en su nuevo entorno y le da la espalda. 

La lucha entre la común inconsistencia para sobrellevar nuestros sentimientos y el natural impulso que nos anima a controlarlos se hace con el protagonismo de una película en la que cada mirada desvela secretos y cada silencio confiesa verdades. Es esta particularidad del cine de Dhont, sumado a la belleza puramente minimalista que prueba que la fotografía está cuidada al milímetro, lo que hace que nos recuerde tanto al trabajo de Céline Sciamma —destacando Tomboy (2011) y Petite Maman (2021)—.

No obstante, la auténtica fuerza del filme radica en que cualquiera puede sentirse identificado con los sentimientos de sus protagonistas, que al fin y al cabo son los sentimientos de todo ser humano. Que cualquiera puede echar la vista atrás en el tiempo y recuperar, aunque sea durante hora y media, el espíritu juvenil —tan inocente y visceral pero a la vez tan crudo— que nos formó como las personas que somos ahora. Y hacerlo, además, con la mirada crítica y adulta de quien una vez también fue niño.

En definitiva, Lukas Dhont hace recordar a sus mayores y demuestra, con una gran película, que el porvenir del cine se encuentra en muy buenas manos. El director sigue respetando aquello que lo alzó con Girl: la elegancia, la sensibilidad y la honestidad. Sin embargo, a diferencia de con su ópera prima, con Close puede sentirse seguro de estar ante la primera obra maestra de su filmografía.

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