Nélida Piñon presenta ‘Un día llegaré a Sagres’, su última novela


El pasado 24 de noviembre tuvo lugar en Madrid la presentación de Un día llegaré a Sagres, la novela en más de quince años de la escritora brasileña Nélida Piñon. El Instituto Cervantes, en su intento de adquirir “una dimensión iberoamericana”, ha invitado a la autora a su sagrada Caja de las Letras, donde esta ha depositado diversos libros y objetos personales. Aprovechando su visita, aprovechó para organizar un coloquio junto al escritor y periodista Juan Cruz en torno a su nuevo lanzamiento.

El encargado de abrir la presentación fue Luis García Montero, director del Instituto Cervantes. Este agradeció la presencia de Piñon y anunció que la autora había donado su biblioteca personal al Instituto, la cual se conservará en Río de Janeiro. “El último Congreso Nacional de la Lengua Española fue inaugurado con una conferencia de Nérida Piñon porque queríamos destacar la hermandad de la comunidad ciberamericana de las literaturas hispanoamericanas y la literatura brasileña y portuguesa”, introdujo antes de dar paso al comienzo del coloquio. 

“Nacido en el siglo XIX en una aldea del norte de Portugal, hijo de una prostituta acusada de brujería y de un padre desconocido, el joven Mateus se ha criado con su abuelo Vicente, pero cuando este muere, él emprende un viaje en dirección al sur, en busca de la utopía, pero también tras la vocación de grandeza de un país pobre y animado por las ansias de libertad”. Sobre esta premisa nace Un día llegaré a Sagres, obra publicada con Alfaguara el pasado 7 de octubre.

“Eres una persona muy importante para todos nosotros, un puente entre la ansiedad española por estar cerca de Brasil y la ansiedad de tus editores por estar cerca de ti. Ahora que tienes una espléndida directora de Alfaguara al frente, creo que incluso se ha incrementado esa pasión”, comentó Juan Cruz halagando a Piñon. “¿Por qué te quiere tanto la gente?”, preguntó justo a continuación.

“Creo que es porque yo también quiero muy bien a la gente. Creo que querer a la gente es un pasaporte para vivir mejor. Estoy muy agradecida por haber aprendido a amar, y quizás debo tanto a esa gente que no sé cómo pagarlo”, respondió una sonriente Nélida Piñon, que no dejaba de mirar emocionada a los asistentes. La ganadora del Premio Nacional PEN Club de Literatura y del Príncipe de Asturias de las Letras se mostró feliz durante todo el evento.

La escritora reconoció que siempre había sido una enamorada de la historia, y que el descubrimiento de las distintas cultural del mundo la hicieron querer estudiarla. “Quise contar la historia de la ascensión y la decadencia de un país, cómo una serie de pueblos después se convierten a reinos, después a país, después a nación… Cómo se va elaborando la grandeza de un país y que permite que se construya un idioma mágico y extraordinario”. 

Por otro lado, cuando se le preguntó de dónde venía el protagonista de la obra, Mateus, la autora aclaró que “su escritor no tiene sexo”, pudiendo asumir así la voz de cualquier sexo. “En aquel siglo sería muy difícil para una mujer deambular porque estaría expuesta a todo tipo de peligro, por lo que asumí el sexo de Mateus como si fuera mío, como si fuera de todos”. Además, lo describió como un personaje de mentalidad “pesimista” y “soñadora” porque considera que alguien con una mentalidad así está destinado a sufrir.

Asimismo, Nélida Piñon trató junto a Juan Cruz el tema de la censura. Esta confesó que algunas de sus obras ya habían sido censuradas en anteriores ocasiones y que, a la hora de narrar, la caracterizan la “delicadeza” pero también la “brutalidad”, y que siempre ha tenido la sensación de que era natural frecuentar las intimidades del sexo, sin hacerlo de una manera vulgar.

“Pienso que no se puede dejar un vacío histórico como mucha gente quiere hoy día, puesto que lo que sucedió es lo que sucedió”, alegó la autora en defensa de la historia. “No soy de soñar, pero de alguna manera lo hago porque sigo escribiendo. Me gusta ser reconocida, estar sentada aquí, pero no es lo más importante porque amo la literatura y me debo a toda ella”. Por otro lado, con el fin de aclarar si su propia vida se refleja en aquello mismo que escribe, Piñon dijo que “es inevitable que tomes pedazos tuyos”. Como reflexión, comentó que “es muy interesante que cuando uno está escribiendo cree que domina la narrativa, pero hay que dar libertad a un texto para que él pueda ganar aire”. “La literatura, en ese sentido, te acoge. Y el texto crea cierta independencia. Es inevitable el hablar de tu propia experiencia porque escribir es como si estuvieras a deriva y, claro está, muchos de esos pensamientos de los que no te puedes deshacer se ven plasmados en la escritura”, añadió.

Entre halagos a la lengua, la curiosidad por visitar nuevos lugares y el amor hacia lo mundano, Nélida Piñon presentó Un día llegaré a Sagres de una manera increíblemente cercana. Tras acabar de recibir la nacionalidad española, el legado de la autora está ahora un poquito más cerca de nosotros. En el Instituto Cervantes, sí, pero también en su literatura.

[Artículo publicado originalmente en Infoactualidad].


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